Los pasados días 22, 23 y 24 de febrero tuvo lugar, a caballo entre Úbeda y Jaén, la celebración del XI Encuentro de AISG Andalucía. En esta ocasión la organización corría a cargo de la Asociación de Jaén que, en función de los comentarios cosechados, ha alcanzado sus objetivos con muy buena nota.
Para el alojamiento se seleccionó el Hotel RL Ciudad de Úbeda, un cuatro estrellas de reciente construcción que contaba con todas las comodidades que uno espera de este tipo de establecimientos: comedores, un hall estupendo, varios salones y fácil aparcamiento.
La recepción de asistentes se abría en la tarde del viernes 22. El plan para esta jornada era bastante sencillo: para conmemorar el día del Pensamiento Scout se visionó una película-reportaje relacionada con el mundo del escultismo. En segundo lugar, y no por eso menos importante, ir a tapear por la ciudad como mandan los cánones del lugar.
No obstante la acción de verdad empezaba el sábado por la mañana. Así, después de incorporarse algunos asistentes que faltaban y de un desayuno buffet con “de todo” en el hotel, iniciamos el recorrido turístico por la Úbeda más monumental. Acompañados siempre por Sacra -una experimentada guía profesional- visitamos la muralla y tuvimos la posibilidad de caminar por su adarve y ver, desde un punto de vista privilegiado, tanto edificios señeros como las sombras de los macizos montañosos que rodean la ciudad desde lejos…y el mar de olivos. Pero no todo era ver piedras puestas siglos atrás. Una pareja de actores teatralizaron algunos momentos de la visita, no sin dar un susto a más de uno. Así nos enteramos, por ejemplo, de donde viene la expresión “Irse por los cerros de Úbeda”. No; no voy a contar aquí su significado: el que quiera saberlo que viaje a esta hermosa ciudad. La Casa de las Torres, Iglesia de Santo Domingo, Iglesia de San Miguel…Al final acabamos en la Plaza Vázquez de Molina que no es sino un concentrado del mejor renacimiento andaluz: Sacra Capilla del Salvador, Palacio del Deán Ortega, Palacio de las Cadenas, etc. Era bien pasado el medio día. Algunos -exhaustos de piedras, fechas y advertencias de los pies- decidieron sentarse en una terraza y contemplar la belleza de la espuma cervecera al sol de una adelantada primavera.
Poco después nos encaminamos para comer. Nuestros anfitriones, empeñados en sorprendernos, nos llevaron al restaurante Mesón Gabino, una suerte de casa cueva reconvertida bajo la mismísima muralla medieval. El comedor, ambientado en rústico, mostraba como único techo la roca donde había sido excavado. Una experiencia.
A las 5 de la tarde, hora taurina, empezaba la “parte seria del encuentro” y que consistía en la celebración de las Asambleas Ordinaria y Extraordinaria. El lugar elegido para el acontecimiento fue nada más y nada menos que el Hospital de Santiago, sede actual del palacio de congresos ubetense. Al cruzar las puertas del edificio más de uno no sabíamos si íbamos a asistir a una asamblea scout o a elegir Papa, dada la belleza del inmueble. El acto, inaugurado por nuestra presidenta Inmaculada García contó con la presencia de la alcaldesa, Toñi Olivares, y de la concejala de Participación Ciudadana, Pedanías y Mayores, Magdalena Urrutia, que fueron obsequiadas con sendos marcos con el último pensamiento de Baden Powell como muestra de agradecimiento por poner a nuestra disposición el palacio y su ciudad. Igualmente fueron galardonados los representantes del grupo scout de MSC Xavier de Úbeda y el presidente de MSC Jaén, David Medina y Rubén Gutiérrez respectivamente.
De vuelta en nuestro alojamiento celebramos la cena de los pueblos donde cada uno aportó comida típica de su provincia y al final, como siempre, volvieron a sonar cuerdas de guitarra acompañando viejas canciones.
En la mañana del domingo, y después de un sueño reparador, nos encaminamos hacia la capital del aceite, Jaén. Nuestro guía para la visita cultura era una enciclopedia de historia del arte convertida en persona, Kevin. Nos recibió en la misma plaza que se alza delante de la fachada catedralicia y, en su discurso, se remontó en el tiempo a los primeros poblamientos humanos de la zona. La visita al templo principal de la ciudad era el plato fuerte de esta mañana. Poco a poco fuimos llevados a través de los avatares que el edificio ha ido sufriendo a través de siglos hasta convertirse en la joya arquitectónica que es hoy. Incluso pudimos subir a una galería, a altura considerable, que recorre la catedral y que ofrece vistas tanto al interior como al exterior. La Sacristía, la Sala Capitular: espectaculares.
A continuación nos dirigimos al Palacio de Villardompardo para cumplir con la visita a los baños árabes que se encuentran en su sótano. Una estancia mucho más íntima que la catedral y que fue puntualmente explicada por nuestro guía. Por último ascendimos –ya las piernas se quejaban- al mirador del edificio para contemplar una magnífica vista sobre la ciudad, el Castillo de Santa Catalina, las sierras circundantes y de nuevo el manto verde-aceituna (que no oliva) que cubre toda la provincia.
Para terminar nos dirigimos a La Guardia, municipio muy cercano a Jaén, donde teníamos contratado el almuerzo en el Restaurante PACOMer. A los postres, Inma y Kiki dieron públicamente las gracias a los organizadores del encuentro y con posterioridad cada uno fue abandonando el lugar con destino a su casa.
Personalmente creo que, a la hora de la evaluación de la actividad, hay que puntuar hacia abajo. Y eso porque la asociación de Jaén ha hecho trampa. Te montan un encuentro en una ciudad como Úbeda, Patrimonio de la Humanidad de primera categoría. Unos guías fuera de lo común que te hace la visita divertida y fácil de comprender. Te ponen de comer lo que más de uno no debe ni probar. Te llevan a ver la catedral jaenera , que no es ya “la crème de la crème” -porque aquí no se gasta de eso- sino que es el “virgen extra de primera presión en frío” del Renacimiento andaluz…y encima te agradecen que hayas ido y te despiden con abrazos. Claro, así cualquiera.