El pasado día 17 de diciembre de 2011, la Luz de la Paz de Belén fué repartida en La Clerecía, Jerez de la Frontera, a todo hombre, mujer, niño o joven de buena voluntad que quiso recibirla. A las siete de la tarde. Desde 1990, un niño o niña de los Scout y Guías de Austria viaja a la Gruta del Nacimiento, en la basílica de Belén y allí enciende un farol en la llama perpetua que alumbra la oscuridad. Es un rito iniciático, porque paredes y techo están tapizadas de riguroso negro, de manera que, al entrar, la desorientación es completa y, quieras o no, la vista queda atraída por un único punto, la llama que brota de la estrella de plata que marca, en el suelo, el lugar donde nació Jesús.